Te odio sin reparo alguno,
me declaro en tu contra,
las palabras están de sobra,
te odio por existir,
más por que te deseo con locura
como el anhelo perdido, el corazón roto
y una piedra.
Odio tu ausencia, tu olor a flores
y el color de tus sabores,
te extraño, te odio, mi flagelo,
mis entrañas.
Como convulsiones brotas de mi cabeza
y con amargo sabor vienes desde mis lágrimas,
un sabor a pena, un sabor a vergüenza.
jueves, 6 de diciembre de 2007
Pobredumbre...
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