Una esencia perdida, fragmentada en millones de pedazos,
no puedes unirlas a todas,
aunque existen algunos lazos
que en desespero puedes llegar a titubear
e imaginar, que está ahí, en donde ni nace ni muere.
Un dejo único propio de su existencia,
esparcido en millones de estrellas
cada una con un poco de ese encanto
que prende, inspira y aflige a este hombre.
Una particularidad, mi propia entropía,
un dejo de caos, una rasgadura en el velo
de lo cuerdo. Tal y como una obsesión, esa esencia es mi deseo.
viernes, 7 de diciembre de 2007
Aroma
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