Tengo verguenza, verguenza de querer pedir disculpas y asumir mis errores, pero no por el repudio que puedan causar las cosas que he hecho, si no por que no deseo terminar de hacerlas. Es como un hambre incontenible, y pienso que como ser que soy deseo ser libre con ello. No quiero acallar mis demonios, quiero que sean mios y disfrutar del proceso.
miércoles, 14 de agosto de 2013
Iteración N
Suscribirse a:
Entradas (Atom)